Cómo terminar un email: así encontrarás el final de email perfecto

Desde “un saludo cordial” hasta “un abrazo”: el final de un email es por lo menos tan importante como el principio, aunque se suele descuidar frecuentemente. Las últimas palabras de un contacto escrito ofrecen una oportunidad única para demostrar profesionalidad y, al mismo tiempo, cuidar la relación (de negocios) con el destinatario del mensaje. Te ofrecemos un resumen de los saludos más comunes en los correos electrónicos y te indicamos cuándo debes utilizar cada fórmula y de qué debes evitar al final de un email.

Si no siempre quieres usar las típicas fórmulas estándar, puedes ir cambiando el final de un email en función de la semana, el año o el día a día, siempre dependiendo de la conexión y la confianza que tengas con el destinatario. Aquí te dejamos unos ejemplos:

Todas las fórmulas de despedida enumeradas anteriormente pueden modificarse y combinarse con otras fórmulas estándar en función de la ocasión en la que te encuentres.

Por norma general, la relación personal con el destinatario es la que marca qué despedidas de los correos electrónicos son las más adecuadas. Si se trata de un contexto formal y no estás seguro de cuál usar, opta por una fórmula más neutral. Sin embargo, no te olvides de que con cada email representas a tu empresa. Por eso mismo, prepara el final del email acorde con ello. Si es necesario, reacciona a la elección de palabras que usa tu receptor a lo largo de la comunicación: ¿qué fórmulas utiliza la otra persona? ¿cómo de personal es el trato (ya)?

Un punto de referencia para saber cómo de “informal” puedes formular tu mensaje es saber diversas características de tu destinatario, como el cargo, la edad, pero también la cultura de la empresa y el sector en el que se encuentra. En el mundo de los medios de comunicación y de las empresas emergentes, la comunicación suele ser más informal. Sin embargo, en el caso de bancos, administraciones o aseguradoras, se tiene a comunicar todo mediante emails más conservadores.

Varía también las despedidas de los correos electrónicos, sobre todo si se refiere a una ocasión o acontecimiento de tu entorno. Si siempre deseas un buen comienzo del día, puede dar la sensación de ser un mensaje cualquiera, automatizado y de poco aprecio.

Las despedidas de los correos electrónicos no son los únicos elementos importantes al final de un email. Presta atención también a las siguientes partes del correo electrónico:

• Frase de conclusión: incluso antes de la despedida en si debes formular una frase que resuma el contenido del correo electrónico y/o que dirija la acción al destinatario. Por ejemplo, que esperas una respuesta o el envío de unos documentos, etc.
• Tu nombre completo: si tratas de usted al destinatario, tienes que escribir de manera obligatoria tu nombre y apellidos. Sin embargo, si estás tuteando, también puede ayudar escribir tu nombre completo para evitar confusiones (con otros colegas que tengan el mismo nombre).
• Posición e información de contacto: por norma general, esta información debe encontrarse en la firma. Si aún no tienes una, debes crearte una firma de correo electrónico. No te olvides de enlazar esta información a lo largo de la comunicación para que, por ejemplo, tu número de teléfono esté siempre a disposición en caso de que se necesite una llamada rápida.

Me gustaría concretar una reunión para hablar sobre los documentos.

Saludos cordiales,

Juan García

(Firma)

Sin otro particular, quedo a su disposición para cualquier información adicional.

Gracias de antemano por su atención.

Un saludo,

María Martínez

(Firma)

Me alegra que cuenten conmigo para la reunión del lunes.

Saludos cordiales y buen fin de semana,

Marta Vázquez

(Firma)

Aquí tienes una lista de fórmulas que debes evitar a la hora de escribir una despedida para un email:

• Sinceramente: es más bien una copia del anglicismo “Sincerely” y no se usa en español
• Saludo: da la impresión de que el remitente está enfadado
• No usar ninguna fórmula de despedida: esto es casi peor que usar una fórmula fuera de contexto, aunque existe una única excepción. Si estás respondiendo y recibiendo muchos emails del mismo destinatario durante un periodo corto de tiempo, a veces puedes prescindir del cierre, ya que la comunicación se ha convertido prácticamente en una conversación (escrita).