Criptomonedas: ¿qué hay detrás de los sistemas monetarios digitales?
En 2008 aparece el libro blanco del Bitcoin que allana el camino a las criptomonedas con el seudónimo Satoshi Nakamoto. Hasta la fecha, todavía no está claro quién se encuentra detrás del seudónimo y, por lo tanto, de la idea de este método de pago digital y revolucionario. Del mismo modo, para muchos tampoco está claro a día de hoy qué es en realidad una criptomoneda, a pesar de que apenas una década después del lanzamiento de Bitcoin haya más de 2000 proveedores distintos de este sistema de pago digital, tal y como prueba de manera impactante el listado del portal web CoinMarketCap.
¿Qué es una criptomoneda?
Una criptomoneda (también conocida como criptodivisa) es un método de pago digital basado en la tecnología de cadena de bloques o blockchain y en técnicas criptográficas como las funciones hash o las firmas digitales. A diferencia de lo que sucede con las divisas clásicas, en la criptomoneda las monedas y los billetes no desempeñan ningún papel, ya que las unidades de pago tienen presencia exclusivamente en formato digital. Estas unidades monetarias, normalmente cifradas de forma asimétrica, son generadas por el sistema al completo, si bien al comienzo de una criptomoneda ya suele definirse el número de unidades que se generarán. Para referirse al proceso de crear unidades monetarias, se ha consolidado el término “mining” (“minería”), de ahí que se hable hoy de minería de criptomonedas.
La clasificación de las criptomonedas como divisa es un tema controvertido. Por ejemplo, el Servicio de Impuestos Internos estadounidense (IRS, por sus siglas en inglés) ya clasificó en el año 2014 las criptomonedas como activo financiero, por lo que están sujetas a una normativa similar a la que se aplica a la posesión de acciones y, por lo tanto, también están sujetas a impuestos.
La clave de la mayoría de los sistemas de criptomoneda es una estructura descentralizada: tanto la generación de nuevas unidades monetarias como las transacciones individuales se suelen llevar a cabo de forma conjunta, mientras que varios usuarios del sistema en cuestión las controlan y las refrendan. La comunicación se suele realizar a través de una red de pares (P2P) en la que todos los equipos tienen los mismos derechos. A diferencia del dinero en los bancos centrales, las criptomonedas clásicas no tienen ningún Single Point of Failure, es decir, ninguna instancia en la red cuya funcionalidad o actuación pueda amenazar o controlar el sistema monetario. Una excepción la conforman criptomonedas como Ripple, dirigidas por empresas privadas que se hacen con gran parte de la extracción monetaria y distribuyen la divisa de acuerdo a sus propias reglas.
Las criptomonedas o criptodivisas son sistemas de pago cuyas unidades de pago solo existen en formato digital. Por defecto, estos sistemas de criptomoneda se estructuran sobre una red de pares (P2P) descentralizada en la que todos los participantes tienen los mismos derechos, generan conjuntamente nuevas unidades monetarias y llevan a cabo transacciones. Su clasificación como divisa es controvertida, ya que, entre otras cosas, no cuentan con un valor básico constante. El concepto de criptomoneda se introdujo con Bitcoin, su primer y más reconocido representante, en el año 2008.
Las principales características de una criptomoneda
Tras la hiperinflación del Bolívar Fuerte, el 20 de agosto de 2018 Venezuela no solo introdujo una nueva moneda, el Bolívar Soberano, sino que lo vinculó al sistema de criptomoneda Petro. Aunque el gobierno venezolano la califique como la “primera criptomoneda estatal”, la regulación gubernamental de Petro hace que en estos momentos carezca de las características propias de una moneda de este tipo, como son la descentralización del sistema o la igualdad de derechos de todos los participantes. Igual de controvertidos son los sistemas de gestión privada como Ripple.
Si se analizan detalladamente las tres características elementales de una criptomoneda, está claro que, aunque los sistemas de gestión privada y estatal responden al aspecto “cripto”, poco tienen que ver por lo demás con el clásico principio de Bitcoin.
Criptografía
La criptografía no solo es la responsable del nombre, sino también la disciplina crucial que garantiza la seguridad de las criptomonedas. Detrás del término se esconde específicamente la ciencia que se ocupa de la encriptación y la protección general de datos e información. Ambas son indispensables para un sistema de pago completamente digital y sin dinero en efectivo que deba funcionar por defecto sin una autoridad reguladora. En las criptomonedas se utilizan principalmente dos técnicas criptográficas:
- Funciones hash
- Firmas digitales
Las funciones hash son la pieza elemental del puzle para revisar la integridad de los datos y codificar las direcciones de cuenta y las transacciones de los participantes. Constituyen también la base de las cadenas de bloques y la minería de bloques. Las firmas digitales hacen posible probar la información encriptada sin necesidad de exponerla. Esta posibilidad se utiliza, entre otras cosas, para proteger el contenido de los correos electrónicos. En las criptomonedas, esta tecnología se aprovecha para firmar transacciones y transmitir a la red que la transacción se ha aprobado.
Cadena de bloques o blockchain
La cadena de bloques es el libro mayor descentralizado de una criptomoneda, en el que se registran todas las transacciones en forma de bloques. El registro de cada uno de los bloques tiene lugar de forma fragmentada y en orden cronológico, para que con el tiempo resulte un registro abierto, revisable y duradero. Su administración compete a los participantes de la red de pares (P2P) subyacente, que siguen un protocolo establecido para validar nuevas transacciones. Al mismo tiempo, todos los nodos descargan también de forma automática una copia completa de la cadena de bloques, lo que hace innecesario que exista una autoridad centralizada para revisar las transacciones que tienen lugar.
Un conjunto de datos basado en la tecnología de cadena de bloques no se puede modificar sin el consentimiento de los demás miembros.
Gracias a su enorme potencial, ahora la cadena de bloques también se utiliza en aplicaciones muy alejadas de las criptomonedas digitales: por ejemplo, la empresa R3, en colaboración con más de 200 socios industriales y tecnológicos, ha desarrollado una plataforma de cadena de bloques llamada Corda que permite ponerse en contacto y realizar transacciones (p. ej., llegar a acuerdos vinculantes o intercambiar valores) entre dos o más empresas.
Minería de bloques
El tercer pilar importante de las criptomonedas es lo que se conoce como minería de bloques. Este es el proceso necesario para agregar nuevas transacciones al sistema de criptomoneda como bloques de la cadena blockchain. La minería requiere un software específico que sea capaz de resolver los problemas matemáticos y las funciones hash subyacentes. Todos los usuarios de la red pueden tratar de resolver el problema matemático con el que se valida cada nuevo bloque de transacción. En este caso, también hablamos de una Proof of Work o “prueba de trabajo” que debe aportarse. Si un bloque se ha extraído de forma correcta y con ello se garantiza el resultado de la función hash, todos los participantes pueden comprobar si la solución es correcta.
Sin embargo, la recompensa por la extracción solo la recibe el primer minero cuyo ordenador haya resuelto el acertijo. Normalmente, el bloque de recompensa, que es como suele llamarse a este tipo de recompensas, incluye una suma fija de unidades monetarias, así como todos los costes de transacción relacionados con el bloque recién agregado.
Para aumentar las posibilidades de obtener bloques de recompensa, cada vez es más habitual que los usuarios se reúnan en lo que se conoce como piscinas de minería, comparables a las peñas de jugadores en la lotería. En lugar de apuestas, los usuarios reúnen en este caso sus recursos de hardware para trabajar de forma conjunta en la solución de los problemas matemáticos planteados.
¿Para qué se utilizan las criptomonedas?
El hecho de que la criptomoneda también se conozcan como criptodivisa no es casualidad: la similitud con las divisas reales con monedas y billetes, así como el hecho de que representantes como Bitcoin u otras alternativas igual de influyentes, como Ethereum, IOTA o Monero, posean un valor equivalente (demanda y uso) ha planteado la posibilidad de que los sistemas monetarios digitales sean un posible método de pago en el futuro. Bitcoin, en particular, ya se está utilizando para este fin en algunas plataformas de venta en línea, aunque no ha logrado aún consolidarse como medio de pago, lo que se debe sobre todo a la elevada fluctuación de su valor.
El 22 de mayo de 2010, Laszlo Hanyecz realizó el primer pago mundial con bitcoines. Pidió dos pizzas a la cadena de restaurantes estadounidense Papa John’s que le costaron 10 000 BTC. Según el tipo de cambio del bitcoin en aquel momento, que se situaba en los 0,0034 euros, la comida le costó unos 34 euros. Por aquel entonces no pudo darse cuenta de que había tomado para cenar las pizzas más caras del mundo. En el octavo aniversario de aquel «Bitcoin Pizza Day», la aparentemente insignificante cantidad de 10 000 BTC en 2010 ya alcanzaba un valor equivalente a unos 75 millones de euros.
El sector de las empresas emergentes también le ha encontrado otro uso a las criptomonedas:
Generar capital. | Las startups cada vez aprovechan más las criptomonedas y la tecnología de cadena de bloques para acumular inversiones. Para esto, estas empresas desarrollan su propia criptomoneda y ofrecen una oferta inicial de monedas (ICO en inglés): A cambio de la transferencias de dinero, los inversores reciben una o varias unidades de la nueva criptomoneda. |
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Acoplamiento al servicio o a las empresas | El acoplamiento de una criptomoneda al propio producto o al servicio que se ofrece es una solución de financiación sencilla para las empresas emergentes. Así, el uso del producto, el servicio o el derecho de intervención queda vinculado a la posesión de unidades monetarias. La adjudicación de participaciones en la empresa también es posible de esta forma. |
Comercio (movimientos especulativos) | Los corredores hace tiempo que descubrieron las criptomonedas: el comercio, tanto con monedas nuevas como consolidadas, representa para ellos una alternativa atractiva al comercio de acciones y a otros movimientos especulativos. La falta de regulación del mercado es la responsable de que los márgenes de beneficio y los riesgos de pérdida sean muy altos hasta la fecha. |
¿Cómo funciona exactamente el pago con criptomoneda?
Mientras las unidades de una criptomoneda tengan un determinado valor equivalente que permita cambiarlas por divisas de banca central como el euro, en principio se cumplirá el requisito para su uso como método de pago. Sin embargo, para poder pagar de verdad con dinero digital, el vendedor también debe aceptar la criptomoneda como método de pago. Para llevar a cabo el pago en sí mismo hace falta un par de claves, que se compone de una clave pública y de una privada.
La clave pública es visible para todo el mundo y tiene, básicamente, la misma función que un número de cuenta bancaria: sirve de dirección emisora desde la que el usuario emite un pago en la criptomoneda correspondiente. Por su parte, la clave privada sirve para verificar una transacción, por lo que se puede comparar con una contraseña o un código de autorización de la transacción. Esta solo es visible para el propietario de la cuenta de la criptomoneda y la utiliza para firmar su transacción. Por último, el monedero, que es como se denomina la cartera virtual de una criptomoneda, funciona, por lo general, de forma automática. En el momento de realizar el pago, el usuario solo tiene que introducir la suma, así como la dirección de destino, es decir, la clave pública del beneficiario.
¿Cómo se invierte en criptomoneda?
Tras el espectacular auge del precio del bitcoin en el año 2017, las criptomonedas se han convertido en un objeto de especulación popular. En muy poco tiempo, el interés por invertir en el sector de la criptomoneda ha aumentado de forma significativa y encontramos diferentes formas de invertir en cualquiera de las monedas que están disponibles en el mercado.
Al igual que sucede con el comercio de divisas, las criptomonedas también pueden utilizarse como mercancía, aprovechando típicamente las fluctuaciones del mercado para aumentar el capital propio. La diferencia es que una criptomoneda no tiene banco central, supervisión financiera ni organismos reguladores gubernamentales que controlen las cantidades de dinero e intervengan cuando el mercado se calienta. La compra, venta e intercambio de unidades monetarias de los distintos sistemas de criptomoneda suceden dentro de plataformas de intercambio como AnycoinDirect.eu o Bitcoin.de, que además siempre presentan las últimas cotizaciones. Otra posibilidad es invertir indirectamente en criptomoneda a través del mercado de valores, en el que se apuesta por las fluctuaciones de las cotizaciones o se compran acciones de empresas que se dedican al sector de la criptomoneda.
El valor de mercado de las criptomonedas se basa únicamente en la demanda de unidades monetarias. Esto permite, por un lado, un crecimiento vertiginoso, tal como ha experimentado el bitcoin durante muchos años, pero por otro, también un descenso igual rápido y el riesgo de perderlo todo. La inversión en criptomoneda solo debería considerarse como opción si el capital invertido no se necesita.
¿Qué criptomonedas hay?
Teniendo en cuenta que en el mundo hay más de 2000 criptomonedas diferentes, no debería extrañarnos que reputados expertos no confíen en todos los proveedores y sus modelos. A aquellos interesados en invertir en criptomoneda, no les queda más remedio que observar de cerca el mercado y tantear las soluciones adecuadas. Sobre todo, cuando se trata de monedas más nuevas o desconocidas, existe el riesgo de convertirse en víctima de un fraude o de que el sistema se desplome. El siguiente listado muestra algunas de las criptomonedas consolidadas que destacan por una elevada capitalización de mercado, es decir, por tener en circulación una cantidad relativamente alta de las participaciones que existen:
Criptomoneda | Abreviatura | Descripción |
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Bitcoin | BTC | El bitcoin, que vio la luz en 2009, no solo fue el pionero de la ofensiva de la criptomoneda, sino que a día de hoy también es la divisa digital más importante y con el mayor valor equivalente en dólares, euros u otras divisas. A finales de 2018 había en circulación 17,4 millones del máximo de 21 millones de bitcoines, que raramente se utilizan para pagar, pues se emplean principalmente para invertir. |
Ethereum | ETH | La criptomoneda Ethereum, cuyas unidades monetarias se denominan ether, se utiliza oficialmente desde 2015. En este sistema desarrollado por Vitalik Buterin, los pagos digitales desempeñan un papel secundario: la atención se centra más bien en las posibilidades de formalizar contratos inteligentes, es decir, contratos comerciales sin intermediarios. Estos se pueden integrar en forma de código de script en la cadena de bloques de Ethereum. |
Ripple | XRP | Ripple tampoco es una criptomoneda clásica, sino más bien una plataforma de intercambio de divisas (“blockchain de los bancos”) de todo tipo, ya sea euro, dólar o cualquier criptomoneda. La empresa responsable de Ripple, Ripple Labs, actúa como instancia administrativa central y, por lo tanto, dinamita el concepto de descentralización de las criptomonedas. Además, Ripple Labs es propietaria de buena parte de las unidades monetarias disponibles. |
Monero | XMR | Monero da prioridad al anonimato del usuario, lo que garantiza características como las direcciones ocultas o las firmas grupales. El algoritmo CryptoNight, en principio, impediría el minado mediante ASIC (hardware de minado específico). En su lugar, los desarrolladores quieren obligar a que el proceso de minería se realice con ordenadores comerciales. Por ello, la dificultad de la minería se ajusta continuamente para mantener constante la velocidad de generación de bloques. |
En resumen: beneficios y riesgos de las criptomonedas
Las criptomonedas ofrecen importantes posibilidades y oportunidades que no tienen las monedas clásicas. Hasta el momento, la tecnología de cadena de bloques ha convencido a todos los niveles, por lo que no es casualidad que se haya llevado a numerosos proyectos fuera del sector financiero. Asimismo, renunciar a tener una unidad reguladora central, una idea bien anclada en la mayoría de los sistemas de criptomoneda, plantea un enfoque prometedor. La libertad de regulación del mercado ligada a ello es, a la vez, uno de los mayores problemas de las criptomonedas: al no tener un valor equivalente concreto, las cotizaciones de las criptodivisas están sujetas a fuertes fluctuaciones y existe riesgo de un colapso total del sistema en cualquier momento.
Tabla con un resumen de las ventajas e inconvenientes de las criptomonedas frente a los sistemas monetarios tradicionales:
Ventajas de las criptomonedas | Inconvenientes de las criptomonedas |
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Anonimato | Fuertes fluctuaciones |
Transacciones rápidas | Posibles burbujas especulativas |
Fácil de utilizar | Posibles ataques de piratas informáticos |
Disponibilidad mundial (más allá de fronteras nacionales) | Sin posibilidad de acceso a la cuenta si se pierde la clave de acceso |
Sin límites en la cantidad de la transacción | Dinero exclusivamente virtual |
Sin la influencia de los bancos | Ningún tipo de seguro por pérdida |
Tecnología de cadena de bloques |
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