IP dedicadas: desmontamos los mitos

¿Es una dirección IP dedicada realmente esencial para tener el mejor alojamiento para tu página web? ¿Son las IP dedicadas el no va más a la hora de enviar correos electrónicos de forma fiable? Si quieres informarte en la web sobre la utilidad e importancia de una dirección dedicada, no solo te encontrarás con una avalancha de información, sino también con opiniones muy diferentes sobre el tema.

A continuación, te explicamos qué son exactamente las direcciones IP dedicadas o dedicated IPs y en qué se diferencian de las compartidas o shared IPs. También entraremos en la cuestión de si una IP dedicada en el mundo web actual es realmente tan indispensable como muchos dicen.

Antes de examinar las diferencias entre las direcciones dedicadas y compartidas, debemos tener claro qué es exactamente una dirección IP. En pocas palabras, una IP es una dirección única e irrepetible que identifica un dispositivo en una red informática. Las siglas “IP” vienen de Internet Protocol, el protocolo que desde hace décadas regula el direccionamiento y la fragmentación de los bloques de datos y que constituye la base de Internet.

Una dirección IP típica tiene el siguiente aspecto (son ejemplos de las dos versiones del protocolo actualmente en uso: 4 y 6):

IPv4: 192.168.178.31

IPv6: 0000:0000:0000:0000:0000:ffff:c0a8:b21f

Las direcciones IP siempre están vinculadas a un dispositivo en concreto que se conecta a una red. Todos los servicios y aplicaciones que se ejecuten en este dispositivo lo harán en consecuencia desde esta única dirección. Esto es algo muy importante para los proveedores de servicios de alojamiento (especialmente de servidores o de espacio web), de newsletters para  e-mail marketing, etc., porque tienen la posibilidad de asignar un dispositivo y, por lo tanto, una dirección única, a un solo usuario, por lo que este recibe una dirección IP dedicada para su respectivo servicio.

Las direcciones IP que recibe tu propio dispositivo al acceder a una red privada (LAN, WLAN) o a una red pública también son, en principio, direcciones IP dedicadas y únicas.

Las características de una IP compartida pueden deducirse de la dirección IP dedicada. La base no cambia: cada dispositivo conectado a una red tiene una dirección única. Sin embargo, si, por ejemplo, un sistema aloja un servicio que se ofrece a varios usuarios, esta dirección se denomina dirección IP compartida. Si hablamos de alojamiento, por ejemplo, esto significa que la dirección no se asigna a un solo dominio, sino a varios diferentes. Las IP compartidas también son comunes para los bolteines o los envíos de correos electrónicos en general y son la variante de IP más extendida.

Al margen de si quieres utilizar un alojamiento genérico o uno específico de CMS (por ejemplo, WordPress), una solución de newsletter marketing, un almacenamiento en la nube o cualquier otro servicio web contratable, muchas veces conseguirás una mayor calidad mediante una dirección IP dedicada. Pero ¿es siempre la IP dedicada mejor que la compartida en la actualidad? A continuación, analizamos el rigor de algunos de los argumentos a favor de la IP dedicada.

La seguridad es un factor importante en los proyectos web actuales. La encriptación del contenido mediante un certificado SSL o su sucesor TLS es imprescindible hoy en día, en particular, desde que Google declaró, en su artículo HTTPS as a ranking signal, publicado en 2014, que la certificación tiene un efecto positivo en el posicionamiento web.

Sin embargo, para usar un certificado SSL/TLS en sitios web, se necesitó durante mucho tiempo una IP dedicada. Solo desde la publicación de la extensión TLS SNI (Server Name Indication), las páginas web con diferentes dominios pueden compartir un servidor en el puerto 443 que esté configurado para el cifrado SSL/TLS. Y aunque esta extensión ya se implementó en 2003, no fue hasta 2015 que los navegadores actuales introdujeron la compatibilidad necesaria. Por ello, el hecho de que a veces se siga recomendando una dirección IP dedicada como requisito para el SSL/TLS se debe a este proceso lento de implementación del SIN. En realidad, ya no se requiere una IP dedicada para poder crear un sitio web en HTTPS.

Los proveedores de alojamiento web ofrecen hoy en día un extenso catálogo de productos, lo cual es de agradecer, pero en ocasiones también puede resultar confuso. Así, las compañías suelen destacar el alojamiento de un proyecto en un servidor dedicado como una opción de un particular alto rendimiento. La razón es que, en esta variante de alojamiento, los recursos de hardware se reservan específicamente para un solo cliente. Dado que a un servidor dedicado se le asigna también una IP dedicada, las direcciones IP dedicadas se suelen asociar a un alto rendimiento.

Pero el rendimiento de un sitio web no tiene por qué ser peor si está alojado en un servidor compartido: los proveedores distribuyen los recursos de rendimiento entre todas las partes de manera eficiente. De esta manera, el buen rendimiento está siempre asegurado, a pesar de la dirección IP compartida.

A la hora de enviar correos, el debate sobre si una IP dedicada ofrece más ventajas que una dirección IP compartida también existe desde hace años. Especialmente aquellos que envían un gran número de mensajes con regularidad (por ejemplo, newsletters o correos de ventas en el eCommerce), pueden resultar beneficiados de una dirección de servidor de correo dedicada. De esta manera, el rendimiento está garantizado todo el tiempo y la reputación de la IP, la cual tiene una influencia importante en la capacidad de entrega, está en tus manos.

Sin embargo, el argumento de la alta capacidad de los recursos ya no es relevante debido al elevado rendimiento de los servidores actuales de correo electrónico. A menos que envíes más de 100 000 mensajes al año, una base de IP compartida es suficiente. En cuanto a la reputación:

• Si envías regularmente (idealmente a diario) muchos mensajes (más de 5000) con una tasa baja de spam (menos del 0,1 %), lograrás un efecto positivo con una dirección IP dedicada.

Si no cumplieses alguno de estos criterios, una IP dedicada podría convertirse en una desventaja en cuanto a la reputación, en comparación con una dirección compartida. Estos factores, como los mensajes regulares y el bajo número de clasificaciones como spam por parte de los receptores, son básicos en los controles de reputación de los servidores receptores.

El SEO es la base para el éxito de un sitio web. Por lo tanto, es normal que se comparen siempre las direcciones IP dedicadas y compartidas en el estudio del posicionamiento en motores de búsqueda. La dirección IP y la ubicación del servidor derivado no tienen influencia en el posicionamiento en Google.

Ya en 2006, el administrador de Google, Matt Cutts, aclaró en su blog que no importa si un dominio funciona bajo una IP única o no. Una IP compartida solo conlleva el riesgo de que tu dominio se incluya por error en la lista negra de bots de Google (debido al contenido de un dominio vecino). Sin embargo, esto no ocurre con frecuencia y puede corregirse con facilidad.

Por lo tanto, desde el punto de vista del SEO, el tipo de dirección IP no es realmente relevante. Factores como la calidad y la autenticidad del contenido, las palabras clave o el rendimiento y la funcionalidad del sitio web son mucho más importantes para el posicionamiento en los motores de búsqueda.

Durante muchos años, hubo buenas razones para utilizar una dirección IP dedicada. La seguridad, sobre todo el uso de SSL/TLS, fue un motivo importante para el uso de direcciones IP propias. Sin embargo, como hoy en día es posible la transmisión segura a través de HTTPS, con independencia del tipo de dirección IP, la IP dedicada ha perdido valor. Los costes adicionales asociados a esta dirección pueden invertirse de forma preferente en otras partes de tu proyecto web, como la optimización del contenido o la funcionalidad.

Una dirección IP dedicada puede ser ventajosa en algunos casos, como en el envío masivo de correos electrónicos, pero es importante un enfoque profesional para que no sea contraproducente y obtener una mala reputación en tu IP. Aparte de una solución de servidor dedicado, que hace obligatorio el uso de una dirección IP dedicada, no hay casi ninguna otra razón por la que no se deba utilizar una IP compartida o por la que no se deba pasar de una IP dedicada a una compartida.