¿Qué es el overclocking? Tunear la Unidad Central de Procesamiento
La Unidad Central de Procesamiento o CPU, por sus siglas en inglés, es la parte del ordenador que gestiona los datos y transmite las órdenes. Por ello, la CPU tiene un papel decisivo en la velocidad y la fiabilidad con la que funciona un ordenador. Además de la tasa de utilización del ordenador en un momento dado, uno de los factores que más influyen en la velocidad a la que funcionan los programas y los procesos en el ordenador es la capacidad de procesamiento de la CPU.
La unidad de medida más relevante a la hora de medir la capacidad de rendimiento de una CPU es la frecuencia de reloj, que se mide en Hertz (Hz). La frecuencia de reloj describe la velocidad con la que se procesan datos y órdenes. Cuanto más alta sea, más rápidamente podrá realizar tareas el ordenador y, del mismo modo, mejor funcionarán los programas que requieran una alta potencia de procesamiento.
Si tu CPU ya está entrada en años, puede que la frecuencia de reloj que configuró el fabricante en su momento ya no se ajuste a nuevos programas de alto rendimiento. De ser así, los síntomas serían largos tiempos de espera y una carga de la CPU sospechosamente alta, lo cual podría dar lugar a bloqueos temporales de programas o, en el peor de los casos, a una caída del sistema. No obstante, existe la posibilidad de mejorar esta capacidad de rendimiento mediante un llamado overclocking de la CPU para acelerar el procesamiento de datos.
¿Qué es el overclocking?
Junto con la velocidad de transmisión de datos, la frecuencia de reloj es uno de los valores que más influye en la rapidez con la que la CPU realiza el procesamiento computacional de datos. La frecuencia de reloj suele estar definida por el fabricante e indicarse en la descripción de la unidad de procesamiento. Este valor, sin embargo, no suele equivaler a la capacidad de rendimiento máxima de la CPU, sino que se trata más bien de la capacidad que baste para realizar las tareas del usuario típico sin dejar de ser energéticamente eficiente, para alargar así la vida útil de la CPU.
¿Qué hacer entonces, si la frecuencia de reloj de tu CPU no es suficiente para las tareas que sueles realizar? Esto podría suceder, por ejemplo, si usas programas de alto rendimiento y datos brutos para editar fotos y vídeos, o si eres todo un gamer. La primera opción en estos casos no tiene por qué ser cambiar directamente la CPU, sino que se puede aumentar la frecuencia de reloj manualmente para mejorar la capacidad de procesamiento, es decir, hacer un overclocking a la CPU.
El overclocking, o aumento manual de la frecuencia de fábrica, no es una posibilidad exclusiva de la CPU, sino que se puede realizar con cualquier componente del ordenador que trabaje con señales periódicas, como la tarjeta gráfica o la memoria interna. Aumentando la frecuencia de reloj de todos los componentes de hardware a un mismo nivel se puede aumentar significativamente el rendimiento del ordenador.
¿Cuáles son los riesgos de hacer un overclocking de la CPU?
Antes de ponerte manos a la obra, recuerda que tu ordenador es un conjunto de sistemas: si cambias la configuración de un parámetro, esto se verá reflejado en otros componentes. Lo más importante es que se cumplan las condiciones adecuadas de ventilación o enfriamiento, ya que, después del overclocking, el ordenador necesariamente generará más calor. Como protección ante un posible sobrecalentamiento, el sistema reduce el rendimiento (es decir, la frecuencia de reloj) en cuanto los sensores alcanzan cierta temperatura límite. Esto es justamente lo que queremos evitar al hacer el overclocking de la CPU. Asegúrate previamente, por lo tanto, de tener un sistema de enfriamiento a la altura, ya sea aumentando también la velocidad del ventilador integrado o añadiendo una fuente de refrigeración externa con buen rendimiento (con agua o nitrógeno, por ejemplo).
Otra posible fuente de peligro es el voltaje aumentado. Comprueba que el adaptador de corriente soporte estos niveles o, como alternativa, sube el voltaje solo en la medida en la que lo permitan las especificaciones técnicas. En general, recomendamos aumentar el rendimiento al principio solo mediante la frecuencia de reloj. Aumentar el voltaje aportaría aún más rendimiento, pero supondría una carga tan fuerte para todos los componentes, que su vida útil se reduciría mucho.
Si cambias por tu cuenta las especificaciones de los componentes de tu ordenador en el BIOS o la UEFI, en la mayoría de casos se anula la garantía del fabricante.
Cómo hacer overclocking de la CPU: manual paso a paso
Si las especificaciones técnicas de tu hardware y software permiten soportar la mayor carga que deseas generar, ya puedes ponerte manos a la obra. Para ello, instala primero herramientas de vigilancia y comprobación y, luego, cambia con prudencia y poco a poco cada uno de los parámetros de tu CPU.
Instalar herramientas de vigilancia
En primer lugar, debes instalar herramientas con las que puedas vigilar la carga y la temperatura de la CPU. Con ellas podrás comprobar en el momento cómo le afecta cada aumento de la frecuencia y si el sistema se mantiene estable cuando se aumenta la carga. Recomendamos CPU-Z y HwiNFO, ambas gratuitas. Con estas herramientas no solo podrás controlar la frecuencia de reloj, la temperatura y el voltaje en tiempo real, sino también observar cómo evoluciona la curva del proceso.
Iniciar BIOS/UEFI
Encontrarás las opciones de configuración para el overclocking en el BIOS (sistema básico de entrada-salida, por sus siglas en inglés) o en su equivalente en ordenadores más recientes, la UEFI (interfaz de firmware extensible unificada). Puedes acceder a estos componentes de dos maneras: o bien pulsando una tecla concreta que varía según el fabricante (la más común es “Supr”) mientras se reinicia el ordenador, o bien accediendo a la placa base mediante herramientas concretas que también permiten configurar el overclocking, aunque es mejor realizar los cambios en el BIOS o la UEFI, ya que allí se realizarán sin verse afectados por posibles limitaciones de fábrica de la placa base.
Para realizar el overclocking de la CPU son muy importantes los valores de la frecuencia base, del multiplicador y del voltaje del núcleo. Puede que primero tengas que acceder al modo experto de tu BIOS o UEFI para poder modificar estos valores.
Aunque requiera mucho tiempo y paciencia, no cambies más de un valor cada vez y usa las herramientas mencionadas para comprobar los efectos de cada cambio en la estabilidad del sistema. Esta es la única manera de asegurarse de que se produzca el aumento deseado del rendimiento y de alcanzar poco a poco la configuración óptima.
Registrar los valores
Asegúrate de anotar tanto la configuración estándar como los valores de cada paso en el proceso de overclocking para poder deshacer los cambios en cualquier momento si el sistema se desestabilizase. La frecuencia de reloj de la CPU es el resultado de multiplicar la frecuencia base del sistema (Front Side Bus) por un multiplicador que varía según el modelo de procesador. La configuración inicial de estos valores también debe registrarse o anotarse.
Desactivar la función turbo
La mayoría de procesadores tienen activada por defecto la función turbo o boost, que activa automáticamente la frecuencia de reloj al aumentar la carga. Desactívala antes de cambiar la configuración para que no afecte a los resultados de las comprobaciones posteriores.
Modificar el multiplicador
Aumentar el multiplicador es la manera más efectiva de conseguir más rendimiento. Para hacerlo, ve haciendo los cambios más pequeños que puedas (0,5 o 1) y luego reinicia el ordenador y comprueba tanto la frecuencia de reloj como la temperatura y el voltaje. Si el sistema no muestra problemas en el test de carga que realices, puedes volver a elevar el multiplicador.
Modificar la frecuencia de base
Según el fabricante, algunos multiplicadores no pueden modificarse, o solo hasta cierto punto. En estos casos, hay que basar el overclocking de la CPU en un aumento de la frecuencia base. Este aumento, de nuevo, ha de realizarse muy poco a poco y con vigilancia exhaustiva para proteger al sistema de una posible sobrecarga.
Elevar el voltaje
En la mayoría de placas base modernas, la frecuencia de reloj y el voltaje de la CPU están vinculados, de manera que, si se eleva el multiplicador, el voltaje también aumentará hasta alcanzar su valor óptimo. Si, a pesar de ello, deseas alterar manualmente este valor, sé muy prudente. Un sistema de enfriamiento eficaz y una estricta vigilancia de la temperatura son clave para evitar daños irreparables en el ordenador.
Comprobar la estabilidad
Tras cada modificación de los parámetros debe comprobarse que el sistema siga funcionando de manera estable. Para ello, no basta con reiniciar el sistema y abrir un par de programas y páginas web. Puesto que se está haciendo overclocking de la CPU para mejorar la capacidad de procesamiento, también hay que probar la nueva configuración ante una mayor carga. De lo contrario, a primera vista podría parecer que todo está bien, aunque quizá el sistema no estuviese preparado para soportar la carga constante de juegos o de un editor de vídeos.
Por eso, para simular la carga máxima, existen los llamados test de estrés o de carga de la CPU (y de otros componentes), en los que se somete la unidad a una carga mayor de lo habitual. Durante el test debe comprobarse exhaustivamente la temperatura y la frecuencia de reloj de la CPU mientras se ejecuta el programa y se debe interrumpir inmediatamente el test si los valores superan los límites críticos. En este caso, deben volver a reducirse los parámetros modificados hasta que el sistema funcione de manera óptima, manteniéndose estable aun frente a altos niveles de carga.