Financiar una startup: consejos para la financiación y promoción de empresas
Tanto la financiación inicial como el apoyo financiero a largo plazo son pilares fundamentales para el éxito de una startup. Al fin y al cabo, al margen de una idea de negocio innovadora, las startups dependen de los recursos financieros para garantizar que su rápido crecimiento sea también sostenible. La cantidad de capital que necesita una empresa depende, naturalmente, del modelo de negocio, pero ¿de dónde sacan el dinero los fundadores?
Junto a los prestamistas convencionales, como bancos o instituciones estatales, existen actualmente impulsores y acreedores especializados en la financiación de startups. La fase de puesta en marcha de una startup difiere, en parte, de la de una empresa basada en un modelo de negocio ya establecido. ¿Qué opciones tienes a tu disposición para crear y financiar una startup?
¿Cómo lograr financiación para una startup?
Si quieres poner en marcha una empresa, necesitarás cierto capital inicial, cuya cuantía dependerá de cada caso concreto. Aunque en España los costes para crear una startup varían dependiendo de los objetivos que se busquen, existen unos aspectos que coinciden respecto a la creación de cualquier empresa. Lo primero que tiene que hacer el emprendedor para poner en marcha su startup es determinar su naturaleza jurídica teniendo en cuenta las necesidades que surgirán en la empresa, relativas a los repartos de participación y a la recepción de la inversión de terceros. Lo recomendable son las sociedades de responsabilidad limitada (SL) y las sociedades anónimas (SA). Solo la puesta en marcha de este tipo de sociedades puede oscilar entre los 300 y los 4 000 euros sin tener en cuenta los gastos en local, personal e inversiones que dependerán de las necesidades de cada proyecto.
Muy pocos emprendedores cuentan con el capital suficiente para iniciar su propio negocio, por lo que, con frecuencia, tienen que convencer a inversores externos para que financien su idea. Existen muchas formas de atraer a prestamistas e inversores pero, generalmente, se requiere un plan de negocios integral. En especial, esto es aplicable para los créditos bancarios y para otras subvenciones institucionales. Sin embargo, algunos emprendedores buscan financiar su startup con un simple plan de financiación o liquidez. Tú mismo puedes decidir cuánto tiempo quieres y puedes emplear en la elaboración de dichos planes.
La financiación de una startup difiere de la de empresas convencionales porque, con frecuencia, las startups operan en mercados nuevos y menos explorados que entrañan inversiones de alto riesgo. Concretamente si no existe un modelo de negocio que haya demostrado su eficacia, los inversores tienen miedo de financiar dichos proyectos. No obstante, existen muchas opciones para conseguir financiamiento para startups. Te ofrecemos una visión general de las posibilidades que tienes si te decides a emprender.
Financiar una startup con capital propio
El capital propio es el dinero que los fundadores o los propietarios de una empresa aportan para su financiación o para que conste como beneficio obtenido. Debido a que en la fase de constitución no conseguirás beneficios, deberías plantearte las siguientes cuestiones: ¿tienes dinero para invertir en su puesta en marcha? Si no es así ¿existen otras opciones de financiación a través de capital externo?
Ahorros personales
Muchos emprendedores utilizan su patrimonio personal como aportación para su empresa. Aquellos que pueden financiar su startup por completo y de su propio bolsillo conservan todo el poder de autodeterminación, pero se arriesgan a perder su dinero si su proyecto no consigue el éxito esperado.
En la mayoría de los casos, sin embargo, no se cuenta con suficiente dinero para la financiación inicial. En especial cuando el modelo de negocio requiere grandes inversiones, muchos empleados y/o una estructura integral; necesitarás inversiones rápidas de terceros.
Vías de financiación privada
Algunos emprendedores recurren a sus familiares, amigos y/o conocidos para financiar su startup y disponer de una cierta cantidad de dinero que les ayude a empezar con el negocio.
Aquellos que pidan dinero prestado a particulares cuentan con la ventaja de que podrán disponer de esa ayuda sin tener que pagar intereses y probablemente podrán devolverla de forma flexible, lo que representa una clara ventaja con respecto a los créditos clásicos. El problema de los préstamos privados entre amigos o familiares es que, en ocasiones, son un tema delicado, pudiendo conducir rápidamente a disputas. Por este motivo, debes asegurarte de cumplir con todos los pagos y hacer tratos claros con los prestamistas –mejor por escrito. En general, los inversores privados informales deben tener en cuenta que las startups fracasan con relativa frecuencia y que quizás no puede pagarse la deuda inmediatamente.
Si pides dinero prestado a tu familia y amigos y lo aportas a la startup en tu nombre, cuenta como tu patrimonio personal. También se considera una contribución de capital personal si concedes al prestamista acciones en tu negocio; la diferencia es que esta persona se convertirá en socio de la startup.
Inversores particulares y business angels
También tienes la posibilidad de contar con inversores particulares para financiar tu startup. Estos inversores pueden ser, como ya mencionamos anteriormente, personas de tu confianza, como familiares y amigos, o contactos comerciales.
En la financiación de startups juegan un papel fundamental los business angels, inversores particulares que invierten en proyectos novedosos, aportando no solo dinero sino también su experiencia y sus contactos. Estos inversores proporcionan: por un lado, fondos para favorecer el desarrollo ulterior y la solidez económica de la startup y, por el otro, ayuda y asesoramiento en la creación o expansión de la empresa. Estos, no obstante, suelen exigir a cambio acciones en la empresa. En muchos casos, los socios adquieren también un derecho de codecisión sobre la orientación estratégica de la startup, lo que limita el derecho de autodeterminación del fundador. Lo más importante en este caso es cómo se estructurará la cooperación con los accionistas y si estos comparten con el fundador su visión sobre la empresa.
La Asociación Española de Business Angels (AEBAN) es una asociación independiente sin ánimo de lucro que asocia a las principales redes de business angels de España.
Centros de apoyo al emprendedor
Además de la financiación de startups con fondos públicos (véase el apartado “Asesoramiento y subvenciones públicas para la creación de empresas”) existen compañías privadas que facilitan el acceso a financiación en diferentes momentos del desarrollo del proyecto. Existen distintas modalidades: incubadoras, aceleradoras, centros de innovación o simplemente centros de creación empresas. Para poder colaborar con ellas, debes presentar una solicitud. Además, deberás tener en cuenta que, dependiendo de la orientación de estas incubadoras o centros de creación de empresas, darán apoyo a un tipo u otro de startups (algunas solo cooperan con empresas tecnológicas o empresas creadas por estudiantes o recién licenciados). Todas estas modalidades tienen en común que ayudan a empresas en una etapa muy temprana de su creación.
- Incubadoras: su objetivo principal es apoyar a una startup en las primeras fases de su creación. Les ayudan a encontrar un espacio de trabajo, además de aportarles capital inicial para que, en un breve período de tiempo, puedan comprobarse la viabilidad de la idea y su modelo de negocio. Estos programas incluyen: mentorización, formación intensiva, educación digital y tutorización. Normalmente, estas incubadoras de empresas están patrocinadas, apoyadas y operadas por compañías privadas, entidades gubernamentales o universidades. Su propósito principal es ayudar a empresas jóvenes en su creación y desarrollo inicial, dotándolas del apoyo que necesitan en servicios técnicos y financieros.
- Aceleradoras: ofrecen recursos, conocimiento y apoyo a los emprendedores, ayudándoles en sus primeras rondas de inversión a negociar con redes de inversores, business angels, fondos de inversión, entre otros, ya que los proyectos con alto potencial requieren grandes inversiones. A diferencia de las incubadoras, las aceleradoras solo invierten en startups que están en pleno desarrollo.
Estos centros de apoyo al emprendedor suelen ofrecer apoyo financiero, consultivo y de infraestructura; aportan capital para la puesta en marcha de la startup (recibiendo a cambio, normalmente, acciones en la empresa) y proporcionan asesoramiento y apoyo para la creación y el crecimiento de la empresa. Además, a menudo ayudan en la adquisición de capital y establecen contactos en el sector, así como locales adecuados para las empresas (oficinas, plantas, almacenes, etc).
El Ministerio de Economía, Industria y Competitividad ha publicado un informe sobre las opciones de financiación para startups, tanto pública como privada, en las distintas etapas.
Venture capital
Otra forma de financiar una startup es a través de las entidades de “venture capital” o capital riesgo, también conocidas por sus siglas VC. Se trata de capital de inversión con el que las sociedades de capital riesgo adquieren acciones en empresas con potencial de riesgo. El riesgo radica en que no se conoce si el servicio o producto ofrecido por la empresa tendrá éxito en la sociedad. Normalmente, este tipo de entidades se centran en la inversión en modelos de negocio relacionados con el sector tecnológico, como por ejemplo, la biotecnología, tecnología de la información y la comunicación (TIC) y software. Debido a las sumas relativamente altas con las que entran en una empresa, las entidades de venture capital, suelen tener mayor influencia en la estrategia y las decisiones empresariales que los inversores informales o las incubadoras privadas.
Sin embargo, los inversores que apuestan por startups rara vez participan en empresas que se encuentran todavía en una fase muy temprana, más bien tienden a operar más adelante como grandes inversores. El objetivo que buscan con dicha inversión suele ser vender con un alto grado de rentabilidad las acciones que habían adquirido previamente. Si buscas más información sobre inversores en España, en la web de STARTUPXPLORE encontrarás un artículo sobre los principales inversores de startups en España según STARTUPXPLORE.
Las empresas de capital riesgo tradicionales operan en el sector financiero y suelen disponer de más capital que las incubadoras de startups o los particulares con alto poder adquisitivo. Otra forma de capital riesgo es el capital riesgo corporativo (CVC por sus siglas en inglés) que proporcionan grandes empresas o grupos de empresas. Al invertir en startups que operan en una industria similar, las empresas de capital riesgo esperan diversificar sus ofertas.
Financiación de una startup a través del crédito
Los préstamos y créditos cuentan como capital de deuda, ya que proporcionan fondos que deben ser pagados dentro de un período de tiempo determinado y que, normalmente, están sujetos a intereses. Por norma general, son concedidos por instituciones financieras.
Créditos bancarios
Una de las formas más comunes para la creación de una empresa es el préstamo bancario clásico. Sin embargo, muchos bancos se muestran reacios a conceder préstamos para la financiación de una startup, porque los planes empresariales de este tipo de empresas se consideran más arriesgados que los modelos clásicos de negocio.
Otro motivo por el que los bancos habituales no conceden créditos a muchas startups es la falta de garantías de los fundadores. Sin embargo, esto no supone que no puedas probar a conseguir un préstamo con tu banco personal o con otras entidades de crédito.
Créditos públicos para la creación de empresas
No obstante, existen bancos específicamente destinados a emprendedores. El (ICO) Instituto de crédito oficial es un banco público, adscrito al Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, que tiene como objetivo promover actividades económicas que contribuyan al crecimiento y al desarrollo del país.
Préstamos participativos
El préstamo participativo tiene la particularidad de que se considera una figura híbrida entre los recursos propios y los ajenos. Este tipo de préstamo tiene la consideración de deuda subordinada. Esto quiere decir que, si a pesar de la financiación de la startup, la empresa no tiene éxito y debe liquidarse, estos prestamistas serían los últimos en cobrar solo por delante de los socios (business angels, si los hubiera, y socios promotores). En la mayor parte de los casos, no requieren ningún tipo de garantía y, en consecuencia, la entidad prestamista puede solicitar que exista una aportación de los socios igual o similar, compartiendo ambas partes el riesgo empresarial.
Ventajas de estos préstamos:
- Pueden financiar hasta el 100 % de tu proyecto sin tener que ceder participaciones en tu startup.
- Proporcionan credibilidad al proyecto y rebajan los problemas de liquidez, ya que las condiciones y el plazo son muy buenas.
- No hace falta garantizar nada, la credibilidad la dan el equipo de trabajo y su proyecto empresarial.
En España, la Empresa Nacional de Innovación S.A. dispone de líneas de financiación para pequeñas y medianas empresas en etapas de crecimiento o de consolidación y que consten de modelos viables y rentables de negocio. ENISA financia a startups según las necesidades derivadas de su crecimiento mediante préstamos participativos con un tipo de interés variable que dependerá de la rentabilidad de la empresa. La condición que exige a cambio es que la propia empresa haya realizado o vaya a realizar una aportación de capital que sea tan grande como o mayor que la ayuda que están solicitando.
Asesoramiento y subvenciones públicas para startups
Existen varios servicios de asesoramiento para emprendedores. La Cámara de Comercio, por ejemplo, ofrece asesoramiento sobre la creación y el fomento de empresas y cuenta con 180 oficinas para ofrecer orientación técnica en diferentes materias.
Muchas universidades ofrecen también asesoramiento sobre la financiación de startups y su puesta en marcha. Las subvenciones públicas destinadas específicamente a la creación de startups son especialmente atractivas. Aquellos que solicitan y obtienen dichos fondos no solo reciben ayuda sobre la financiación de su startup, sino que consiguen también asesoramiento a largo plazo. El apoyo estatal para financiar una startup ofrece a los emprendedores mejores condiciones que los créditos y las participaciones del sector privado.
Para poder beneficiarse de las subvenciones estatales, es necesario presentar una solicitud para cada programa individualmente. Al igual que en otros casos, es necesario que la solicitud sea convincente y que se redacte con calma: debes presentarte, así como presentar a tu equipo y argumentar el motivo para recibir apoyo.
Sin embargo, el esfuerzo que esto te supondrá se reducirá considerablemente si cuentas con un plan empresarial sólido a partir del cual podrás adaptar determinados aspectos para la solicitud. Una solicitud adecuada es siempre una buena oportunidad para mejorar la financiación de tu startup, por eso siempre vale la pena dedicarle tiempo.
Las subvenciones más comunes pueden dividirse en programas de financiación y concursos.
Programas de financiación para startups
Si consigues incluir a tu empresa en un programa de financiación, recibirás un préstamo con tipos de interés bajos y/o plazos de vencimiento largos. A menudo, el comienzo del programa se considera un período de gracia durante el cual suspendes el pago de las deudas. Los programas de apoyo a la creación de startups se han especializado en sectores concretos. Esta clase de programas existen tanto a nivel nacional como regional, en general concedidos dentro de una comunidad autónoma o de una ciudad. En el blog de Upbizor puedes encontrar un listado con todas las opciones disponibles para financiar tu startup.
Dentro de la web oficial del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad puedes encontrar un punto único de información sobre las ayudas e incentivos públicos para financiar tu startup. Los fondos para ello provienen del Gobierno central, de las comunidades autónomas y de la Unión Europea.
Concursos para startups
En los concursos para emprendedores en general, y para fundadores de startups en particular, no solo se hace hincapié en la ayuda financiera. Además de los premios en efectivo y en especie (tales como coaching, asesoramiento y oficinas) también se ofrece feedback profesional acerca del modelo de negocio y sobre la manera de llamar la atención de los medios de comunicación. Estos, además, pueden suponer la adquisición de nuevos contactos a los que antes no se tenía acceso. En la página web TodoStartups puedes encontrar información actualizada sobre convocatorias de concursos para emprendedores.
Además, muchas de estas convocatorias se centran en distintas cuestiones. Algunas están destinadas específicamente a etapas concretas del desarrollo de la startup (para la planificación, ofrecen apoyo las incubadoras y para startups en pleno desarrollo, las aceleradoras). Además, existen distintas competiciones relativas a las ideas o relativas a los planes de negocios.
Financiamiento para startups vía crowd
Crowdfunding, crowdlending y crowdinvesting son opciones relativamente nuevas de financiación de startups. El término “crowd”, procedente del inglés, significa multitud y sirve para denominar, en este caso, a un grupo de personas que quieren cofinanciar un proyecto específico con sus contribuciones individuales.
Crowdfunding
Crowdfunding (también llamado crowdsourcing) consiste en despertar el interés de otras personas sobre tu proyecto y, de esta forma, recaudar dinero para su implementación. Esta vía es particularmente recomendable para la financiación de proyectos o productos concretos, pero no necesariamente para la financiación en conjunto de una empresa. En el contexto de financiación de una startup, por ejemplo, es posible la recaudación de ayudas para el prototipo de un producto o para el desarrollo de un determinado software.
Estas acciones de recaudación de fondos suelen llevarse a cabo a través de la página web de plataformas de crowfunding como la americana Kickstarter o las españolas SociosInversoresz y Verkami. En estas plataformas, los promotores de una campaña crean una página en la que presentan su proyecto y establecen la cantidad que les gustaría adquirir. Normalmente, esta suma debe recaudarse en un plazo determinado; si, para entonces, no se ha alcanzado la cantidad marcada como objetivo de financiación en régimen de crowdfunding, se devolverán a todos los donantes las cantidades entregadas hasta ese momento, ya que se considera que la acción ha fracasado.
En caso de que la campaña de crowdfunding tenga éxito, las personas que la hayan apoyado recibirán, a cambio de su dinero, un beneficio no monetario. Por ejemplo, los donantes de una pequeña cantidad de dinero recibirán regalos relacionados con el proyecto de crowdfunding que han apoyado. Los que aporten grandes cantidades, recibirán prestaciones únicas o de más calidad. Si nada de esto se ofrece a los donantes como agradecimiento o si lo que se ofrece a cambio es simbólico, como poner sus nombres en el sitio web, entonces se habla de crowddonation.
Crowdinvesting
El crowdinvesting es una versión modificada del crowdfunding. Este método de financiación también se basa en la aportación de grandes y pequeñas inversiones para apoyar a una empresa en su establecimiento. Tal y como ocurre con el crowdfunding, se espera que colaboren la mayor cantidad de empresarios posible para conseguir el objetivo marcado. En caso de que la financiación de la startup se lleve a cabo por medio de crowdinvesting y esta consiga establecerse con éxito, sus inversores suelen recibir un porcentaje de los beneficios de la empresa que variará según lo que han aportado previamente.
También hay plataformas para iniciar campañas de crowdinvesting; de hecho, algunas de ellas consisten en una combinación de crowdfunding y crowdinvesting. Las posibilidades de obtener financiamiento para startups generales son mucho mayores en las plataformas de crowdfunding que en páginas web como Kickstarter o Startnext.
Crowdlending
El crowdlending es una modalidad de financiación de startups llevada a cabo por numerosos inversores, en lugar de por un único o un número limitado de ellos. Es un modelo innovador que permite financiarse sin necesidad de acudir a los servicios de un banco o de una entidad financiera tradicional. En la mayoría de los casos, el préstamo ofrecido por medio de esta modalidad está sujeto a intereses tal y como ocurriría con un préstamo bancario (si no está sujeto a intereses también se habla de préstamos sociales). Sin embargo, las tasas de interés son relativamente altas.
En el caso del crowdlending también podemos encontrar diversos proveedores a través de cuya página web puedes empezar campañas. Entre las más destacadas en España encontramos Ecrowd! especializada en proyectos tecnológicos que se sustentan sobre un plan de negocio real, Grow.ly y MytripleA. El Crowdlending es particularmente interesante cuando los individuos y las compañías necesitan un préstamo que no podrán obtener a través del banco.
Fases en la financiación de una startup
En la financiación de startups suelen darse siempre fases similares. Gracias a ello, ha podido crearse un modelo sobre las fases típicas de desarrollo de startups que difiere claramente del apoyo para la creación y financiación de empresas ordinarias.
Solo en casos excepcionales es un solo inversor el encargado de garantizar la capacidad de actuación de la startup. Lo más común es que existan varias fuentes de financiación independientes, diversos proveedores de fondos que se encargan de financiar a una startup a largo plazo. Si la empresa tiene éxito, pasará por diversas etapas de financiación en las que las sumas aportadas seguirán aumentando.
En este sentido, se distinguen tres fases: early stage (subdividida en fase semilla y fase inicial), expansion stage (subdividida a su vez en fase de crecimiento y fase puente) y finalmente, later stage, que es la fase final. ¿Cuáles son las características distintivas de estas fases de financiación y qué donantes se ofrecen en cada caso?
Primera etapa: financiación inicial
Cualquiera que cree una startup necesita una cierta cantidad de capital inicial para poner las cosas en marcha. La cantidad necesaria para emprender los primeros pasos dependerá de la idea de negocio. Por lo tanto, ante todo tienes que concretar tu idea inicial y definir las posibilidades de llevarla a cabo (fase seed o semilla).
Sólo después se desarrollará el producto final (los bienes o servicios ofrecidos). Además, también te corresponderá ocuparte de la organización de los procesos necesarios para su comercialización.
Fase seed
Toda empresa comienza con una idea de negocio. En la fase seed o fase semilla, tú, como emprendedor, te dedicarás a cuidarla y precisarla. Para que puedas garantizar la financiación de tu startup, así como su sostenibilidad, es aconsejable la elaboración de un plan de negocios tan pronto como sea posible. Esto te servirá de gran ayuda cuando más tarde debas convencer a los inversores sobre tu concepto de negocio y para que inviertan en su puesta en marcha.
Los análisis de mercado y del público objetivo son indispensables para el desarrollo de un plan de negocios adecuado. Además, puede ser útil dejarse asesorar por personas expertas en el área para que revisen y concreten tu idea.
En la fase seed deberás prestar atención también a la organización de tu equipo de trabajo. En concreto, debes reflexionar sobre la necesidad de buscar un refuerzo para tu equipo y expertos que te ayuden con su experiencia en la puesta en marcha de tu startup. Después de todo, no solo el plan de negocios convence a los inversores, sino también las personas que respaldan una idea y sus conocimientos técnicos sobre el tema. Tus posibilidades de conseguir financiación para tu startup aumentarán si cuentas con un equipo que dispone de las habilidades necesarias para poner en marcha tu idea y que se muestra competente frente a los inversores potenciales.
Establecer contactos en el sector puede contribuir muy positivamente al futuro de tu startup, puesto que puedes beneficiarte de la experiencia de estos contactos en términos de financiación, creación de empresas y resolución de las dudas que vayan surgiendo durante el proceso. Muchos emprendedores, al buscar contactos en el sector, se han encontrado con personas entusiasmadas con su idea de negocio y que han contribuido, ya sea económicamente o con su experiencia, a ponerla en marcha.
También es importante que, desde el principio, te plantees cuánto dinero vas a necesitar para llevar a cabo tu idea. Una financiación planificada con solidez no solo atestigua una gran profesionalidad, sino que demuestra a tus inversores cuál es el porcentaje que han aportado al importe total requerido para la financiación inicial. Ten siempre en cuenta que subvencionar startups que aún no han sido creadas supone un gran riesgo para los inversores. Por este motivo, debes captarlos gracias a tu transparencia y convencerles de que tu proyecto tiene muchas posibilidades de éxito.
La fase seed tiene una duración aproximada de un año. Los fondos necesarios durante este tiempo son, en comparación con los de otras fases de desarrollo, aún manejables. Dependiendo del sector y del producto respectivo, se estima que para la puesta en marcha se requieren entre 50 000 y 500 000 euros. Sin embargo, encontrar fondos durante este periodo es muy difícil, ya que al principio no suelen obtenerse beneficios y, por lo general, pueden ofrecerse pocas garantías a los inversores. Las formas clásicas de financiación de una startup en fase seed son:
- Capital propio: algunos emprendedores pueden recurrir a sus ahorros para la puesta en marcha de su startup. Sin embargo, la financiación completa a través de ahorros propios es una excepción.
- Familia, amigos y entusiastas acaudalados: familiares y amigos también pueden ayudar financieramente para que la startup cuente con más capital propio. Sin embargo, también puede haber personas con éxito en los negocios que, impresionados por el concepto de la empresa, quieran invertir en ella. En este grupo conocido en inglés como “Family, Friends and Fools” (FFF por sus siglas), el término fools se emplea de forma burlona y hace referencia a los inversores que, pasando por alto los puntos débiles de la puesta en marcha o el riesgo de una startup, invierten en ella porque la idea de negocio les atrae o simplemente porque encuentran simpáticos a los fundadores.
- Business angels e incubadoras: los emprendedores tienen la posibilidad de contar con apoyo monetario y asesoramiento gracias a la colaboración de business angels y de incubadoras de startups. Los business angels apoyan a aquellas empresas en las que ven un gran potencial y oportunidades de beneficio a largo plazo actuando como mentores de los fundadores. No solo aportan capital propio, sino que proporcionan conocimientos técnicos y sus contactos a la empresa. A cambio de ello, obtienen acciones de la empresa, convirtiéndose así en copropietarios de la startup. Un enfoque similar tienen las incubadoras con ánimo de lucro.
- Subvenciones y ayudas públicas: los emprendedores también pueden solicitar ayudas públicas para financiar su startup. Muchos de estos fondos provienen de subvenciones estatales para la creación de empresas aunque otros proceden de instituciones del sector privado, como los bancos. Además de los programas clásicos de financiación de una startup, durante la fase seed también puede optarse por participar en concursos de ideas o de planes de negocios.
- Financiación a través de crowd: el crowdfunding, crowdinvesting y crowdlending pueden contribuir a la creación de una base financiera para tu startup. Si te decides por una campaña de este tipo, debes tomarte el tiempo necesario para prepararte profesionalmente. La presentación de tu proyecto en el sitio web debe ser detallada, aunque no demasiado extensa, y debe incluir, preferiblemente, un video en alta calidad.
- Créditos para emprendedores y préstamos participativos: antes de la puesta en marcha oficial de la startup, puedes solicitar un crédito para emprendedores, así como un préstamo participativo.
Fase inicial
El comienzo de esta fase viene determinado por la fundación de la startup. En esta etapa, todo gira en torno a la entrada con éxito en el mercado. Para ello, debes continuar con el desarrollo de tu producto y comenzar sin más dilación con la fabricación de un prototipo. Además, deberás seguir ampliando la infraestructura requerida para ello (por medio del desarrollo o investigación, la producción, las ventas, etc.). En esta fase se decide normalmente si vas a fabricar el producto y gestionar las ventas tú mismo o vas a externalizar estas tareas.
Además del desarrollo del producto, la captación de clientes se convertirá en el foco del trabajo, pudiendo iniciarse las primeras campañas de marketing y publicidad. En esta fase también deberás planear cómo va a financiarse tu startup en los años venideros. Esta hoja de ruta te proporcionará una orientación sobre la situación financiera de tu empresa en cualquier momento y te ayudará en la búsqueda de nuevos acreedores e inversores.
No debes esperar beneficios en esta fase. Al comienzo de la fase inicial estarás en números rojos debido a las inversiones mencionadas anteriormente. Ahí radica la importancia de encontrar inversores que compartan tu visión y crean en tu concepto.
Tradicionalmente, la fase inicial termina con el lanzamiento al mercado de tu producto. Sin embargo, para algunas empresas esta etapa de desarrollo se da solo por concluida cuando alcanzan el punto de equilibrio (en inglés “break-even point”): tu startup se encuentra en este punto si los costes y los ingresos derivados de la fabricación y distribución del producto son compatibles entre sí, es decir, si no se obtienen ni pérdidas ni beneficios.
En total, esta fase inicial dura entre 1 y 3 años. Los costes aumentan en esta fase porque, además de implementar tu producto, tienes que conseguir dinero para nuevos empleados y campañas. Para poder hacer frente a los gastos adicionales se suele recurrir a la financiación de startups que ofrecen instituciones similares a las que apoyan a los emprendedores en la fase seed:
- Padrinos inversores de startups: business angels e incubadoras, a menudo están dispuestas a aceptar empresas que ya están haciendo negocios.
- Subvenciones estatales para startups ya establecidas: aunque muchos programas de subvenciones públicas y muchos concursos para startups están dirigidos a empresas que aún no están en el mercado, también pueden encontrarse subvenciones para empresas ya establecidas. En estos casos, se recomienda que la empresa lleve en marcha 1 o 2 años y en ningún caso más de 3 para poder tener la oportunidad de recibir subvenciones públicas.
- Apoyo a través del crowd: durante esta fase también se puede conseguir financiación para la startup a través de personas que creen en el proyecto y que quieren invertir en él. Especialmente en lo referido al crowdinvesting y al crowdlending, te beneficiarás del hecho de que los inversores potenciales considerarán menos arriesgada la inversión en una empresa que ya ha sido fundada con éxito.
- Créditos para emprendedores y préstamos participativos: incluso después de la fundación de tu empresa, sigues teniendo la opción de optar a la mayoría de préstamos para startups. Existen además créditos destinados a empresas jóvenes que se encuentran en fase de desarrollo.
- Venture capital o capital riesgo: algunas empresas de capital riesgo invierten en startups que se encuentran en fases relativamente tempranas de su creación. En estos casos, vale la pena presentar la solicitud con antelación, ya que pueden pasar hasta 12 meses hasta que se tome la decisión final.
Fase de expansión
Después de entrar con éxito en el mercado deberás dedicarte a expandir tu startup. Este periodo conocido como fase de expansión se divide en dos etapas: fase de crecimiento y fase puente.
Fase de crecimiento
En la fase de crecimiento intentarás consolidar tu producto en el mercado. Para garantizar la disponibilidad de tu producto, deberás aumentar las ventas y la producción. Además, deberás invertir dinero en el marketing para dar a conocer tu producto. Si estos medidas tienen éxito, la demanda aumentará y, con ello, el volumen de negocios de tu startup.
Con frecuencia ocurre que aumentarán el número y el tamaño de tus competidores, sobre todo si tu startup opera en un segmento de mercado que antes no existía pero que tras establecerse está encontrando muchos imitadores. La regla general aquí es: cuanto más competencia, mayor es el capital que necesita una startup. Solo de esta forma podrás ofrecer tu producto a gran escala, así como asegurarte una ventaja sobre tus competidores. Por lo tanto, deberás invertir más dinero en producción, ventas y marketing durante esta fase.
Muchos emprendedores esperan obtener beneficios en esta fase de desarrollo de la empresa pero muchas startups siguen en números rojos. Esto puede ocurrir, por ejemplo, en aquellos casos en los que la startup quiere lograr una fuerte penetración en el mercado, lo cual implica muchos costes y que solo se obtengan beneficios en un momento posterior a la fase de crecimiento.
Tan pronto como la startup empiece a obtener ganancias, se encontrará en una mejor posición para conseguir nuevos medios de financiación, necesarios para continuar expandiendo el negocio. Vale la pena reiterar que cuanto mayor sea el capital propio, más atractiva resultará la empresa para los inversores. Actualmente es muy común que las sociedades de inversión con sólida capacidad financiera y entidades clásicas de crédito muestren interés por las startups. Las fuentes de financiación más comunes durante la fase de crecimiento son:
- Créditos: tan pronto como tu empresa comienza a tener ganancias, aumentan las posibilidades de obtener préstamos bancarios ordinarios.
- Business angels: los padrinos de startups suelen seguir participando en la fase de crecimiento.
- Sociedadas de capital riesgo o venture capital: por regla general, los inversores de capital riesgo están más dispuestos a contribuir con grandes sumas en la financiación de una startup si cuenta con una garantía financiera. Las inversiones suelen partir de un millón de euros.
Fase puente
Algunas de las empresas que se han mantenido estables y que siguen obteniendo beneficios trabajan intensamente durante la fase puente, o bridge phase, en la preparación de su salida a bolsa. En consecuencia, la fase de desarrollo también se conoce como fase pre-OPI (Oferta Pública Inicial) que consiste en la venta de acciones a los inversores por primera vez.
Los preparativos para la salida a bolsa requieren, una vez más, capital fresco. E incluso en aquellos casos en los que el empresario no se decide por la salida a bolsa, necesitan financiación adicional para recomprar las acciones de los socios.
Además, las empresas que se encuentran en esta fase puente, no deben dejar de examinar su posición en el mercado y realizar nuevas inversiones en él. Como la competencia sigue aumentando, tiene sentido diversificar los productos, por ejemplo, desarrollando nuevos productos o buscando la expansión hacia nuevos mercados.
Las empresas suelen recibir el capital necesario hacia el final de la fase puente por parte de:
- Sociedades de capital riesgo o venture capital: las startups que se encuentren en la fase puente también pueden conseguir nuevos inversores de capital riesgo. Sin embargo, a menudo son reacios a ejercer influencia sobre la empresa y apenas cumplen una función de asesoramiento. Dado que la inversión ahora es mucho menos arriesgada, ya no se les denomina inversores de riesgo, sino sociedades private equity que garantizan las acciones de la empresa con su capital.
- Capital externo de los bancos: a medida que va aumentando la solvencia de la startup, los bancos están más dispuestos a concederles préstamos elevados.
- Financiación puente antes de la salida a bolsa: si una startup decide salir a bolsa, puede ser financiada por instituciones como bancos de inversión, fondos de inversión o empresas emisoras.
Fases avanzadas
En las denominadas fases avanzadas del proceso para financiar una startup la empresa se encuentra ya firmemente anclada en el mercado, convertida quizás en una de las empresas consolidadas de la industria o incluso en un líder del mercado. En la fase final, los recursos financieros se emplean para ampliar la gama de servicios (nuevos productos, expansión a otros países, etc.), para campañas de marketing, para la gestión empresarial o para la reestructuración de la startup.
Si los fundadores estuvieran interesados en vender, esta fase se perfila como el momento perfecto para hacerlo. Esto se conoce como la salida o la fase final de la startup.
Sin embargo, si la intención a largo plazo es seguir trabajando con la empresa, aquí comienza la fase de maduración. Las formas de financiación en esta fase son diversas: la búsqueda progresiva de inversores y de prestamistas es una opción, así como el incremento en la acumulación de capital autogenerado. En caso de que la salida a bolsa haya sido exitosa, también se obtendrán beneficios a partir de esta.
Las fases finales de empresas que comenzaron su andadura siendo startups difieren unas de otras. Sin embargo, cualquiera que haya llegado a este punto puede echar la vista atrás y afirmar que la financiación de la startup ha concluido con éxito.
El bootstrapping como alternativa: fundación y financiación independiente
A pesar de las diversas opciones de financiación de startups, algunos emprendedores optan por financiar ellos mismos su idea de negocio. Si en la estructura empresarial no se cuenta con inversores externos, se habla de bootstrapping.
Ventajas del bootstrapping
Los inversores de startups típicos como los business angels, las incubadoras o las sociedades de capital riesgo, esperan, a cambio de su apoyo financiero y del asesoramiento que prestan a los emprendedores, poder opinar sobre la orientación de la empresa. Los fundadores que no venden acciones a los inversores conservan el control total sobre todas las decisiones comerciales. Además de que todo el beneficio se mantiene en circulación.
En la mayor parte de los casos, las empresas que se autofinancian por completo se ven obligadas a ser más eficientes que aquellas con endeudamiento. Después de todo, los fondos son escasos, por lo que se evita cualquier coste innecesario.
Aquellos que logren crear una empresa rentable a través de bootstrapping aumentarán su reputación como fundadores y empresarios. Y en el supuesto caso de que tengan que recurrir a recursos financieros externos para proyectos futuros, tendrán más posibilidades de conseguirlos. Después de todo, los inversores y prestamistas tienen mucha confianza en aquellos emprendedores que hayan puesto en marcha con anterioridad un modelo de negocio exitoso y autofinanciado desde cero. Este aspecto puede impresionar también a socios comerciales y clientes.
Desventajas del bootstrapping
Sin embargo, aquellos que no quieren depender de inversores externos y quieren construir su empresa por su cuenta o con sus cofundadores suelen necesitar más paciencia y resistencia debido a que la mayor parte del capital de la empresa se genera por sí mismo y se tarda normalmente más tiempo en disponer de grandes cantidades de dinero. Además, algunas ideas de negocio requieren más capital, sobre todo, durante la fase de expansión.
Por otra parte, el riesgo de un negocio deficitario es mayor con el bootstraping. Si los fundadores de la startup proporcionan ellos mismos todo el capital pero se encuentran en números rojos y se declaran insolventes, las deudas les corresponden a ellos. Por lo tanto, la presión sobre los fundadores puede ser muy grande en el caso de que se financien a sí mismos. Además, no se pueden beneficiar del asesoramiento y la experiencia de los inversores externos.
En resumen: las diversas opciones para financiar una startup
Si tienes una idea original y convincente, puedes encontrar socios muy diversos para la financiación de tu startup. En general, lo que más te ayudará a conseguir inversores potenciales para tu proyecto es un plan de negocios profesional que no sea ni muy extenso ni muy escueto.
La financiación de startups antes y después de su fundación difiere de la forma de obtener capital para empresas tradicionales. Muchos de los inversores no pretenden recibir dividendos o intereses, sino que desean adquirir acciones de la empresa a cambio de la subvención que han prestado. Al financiar una startup, los inversores, ya sean business angels, socios a través de crowdinvesting, incubadoras o sociedades de capital riesgo, consideran que esta participación en el capital riesgo debe amortizarse a través de la distribución continua de beneficios o de la posterior venta de las acciones.
La venta de acciones de la empresa te permitirá, como emprendedor, disponer de forma inmediata de una mayor solidez financiera. Además de beneficiarte de la inversión de capital por parte de los accionistas, tendrás la ventaja de que te apoyarán en lo relativo a la financiación de empresas y su establecimiento. Esto puede hacerse, por ejemplo, mediante funciones de asesoramiento, pero también mediante la asistencia en operaciones comerciales. A cambio, sin embargo, muchos inversores exigen cierto poder en la dirección y el funcionamiento de la empresa, lo que supone que perderás parte de tu libertad en la toma de decisiones.
Para aquellos emprendedores que cuentan con suficiente capital y/o un modelo de negocio que puede ser monetizado rápidamente, el bootstrapping es otra de las opciones. Por medio de este enfoque, puedes crear prudentemente tu startup sin depender de inversores externos. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre cuando cooperas con accionistas, todo el riesgo financiero recae sobre ti. Además, la empresa no crece tan rápido debido a los recursos financieros limitados. Por el contrario, mantienes al cien por cien el control de tu empresa.
Aquellos que no cuentan con los recursos económicos suficientes para la financiación de su startup, no necesariamente tienen que vender acciones de la empresa para hacer dinero. También pueden intentar conseguir un crédito, subvenciones estatales para startups o ayudas a través de crowdlending. La financiación de una startup para su establecimiento y desarrollo depende de muchos factores diferentes. Mientras tengas una idea de negocio prometedora y la presentes de forma profesional y convincente a los inversores, dispondrás de muchas opciones para financiar tu startup.