¿Qué son las organizaciones sin ánimo de lucro?
Una organización sin ánimo de lucro (OSAL), también conocida por su denominación en inglés non profit organisation, es aquella que persigue un objetivo altruista, sin buscar obtener un beneficio económico por ello. Se encarga, asimismo, de su propia administración y dentro del sistema empresarial se las conoce como el tercer sector.
Este tipo de organizaciones está comprometido con diferentes ámbitos de la sociedad: mientras algunas se centran en conseguir políticas energéticas sostenibles, otras apoyan servicios de rescate, protegen espacios de interés cultural, promocionan actividades artísticas o buscan la transmisión de determinados conocimientos.
En definitiva, suelen perseguir un fin de interés general o el beneficio de sus usuarios y no lucrarse con el desarrollo de la actividad y todas tienen en común que cualquier eventual beneficio se reinvierte en la propia actividad.
¿Qué son las organizaciones sin ánimo de lucro?
No existe unanimidad a la hora de definir a las entidades sin ánimo de lucro, si bien hay una serie de particularidades que suelen repetirse en las diferentes entidades que se agrupan dentro del concepto OSAL. Y es que el término organización sin ánimo de lucro no constituye en sí mismo la denominación legal de algún tipo de forma jurídica, sino que agrupa a diferentes formas de organización (según el país) con unas características comunes.
Por tanto ¿cuenta el concepto organización sin ánimo de lucro con una definición?
Por una parte, estas entidades pueden presentarse como lo opuesto a las sociedades que persiguen lucrarse. No obstante, se trata de una acepción muy general que incluye a una serie de instituciones de carácter público o privado (colegios, cárceles, centros de culto religioso) que, sin embargo, no encajan con el imaginario general de este tipo de organizaciones.
Para concretar la definición, es necesario indicar otras características delimitantes. Además del carácter no lucrativo, las OSAL han de contar con una estructura interna y autónoma de gestión y perseguir un objetivo beneficioso para la sociedad.
Algunos autores especializados también cuentan el trabajo voluntario (aunque sea parcial) como un elemento esencial para delimitar la definición de una organización sin ánimo de lucro.
La actividad de una organización sin ánimo de lucro
La gestión en las organizaciones sin fines de lucro difiere de la que se practica en las empresas que sí persiguen un enriquecimiento económico. Es más, con toda probabilidad es la concepción de éxito que cada una de ellas tiene su principal diferencia: el éxito de las OSAL no puede medirse por el volumen de negocios o de beneficios obtenido y ha de valorarse de forma relativa. A menudo, el simple hecho de mantener ciertos principios es un éxito en sí mismo, sin que se produzcan inmediatamente cambios revolucionarios –por ejemplo, en la ayuda humanitaria o en la protección del medio ambiente.
Entre los campos habituales de actividad de las organizaciones sin ánimo de lucro se encuentran:
- cultura, formación e investigación,
- política,
- medio ambiente,
- derechos humanos y fines humanitarios,
- tiempo libre y descanso y
- salud y sociedad.
No obstante, que no persigan el lucro no impide desarrollar alguna actividad que les aporte beneficios, que se destinarán a la consecución del fin general para el que se han creado. De hecho, y para garantizar una mayor transparencia, dado que a menudo se financian con donaciones y otras aportaciones, en muchos casos han de llevar un control contable y financiero, utilizando las herramientas correspondientes según la legislación por la que se rijan. Esto también tiene un punto a favor en la gestión interna de las organizaciones, pues permite el uso eficiente de los recursos financieros y la mano de obra.
Las organizaciones sin ánimo de lucro en España
En España, las entidades sin ánimo de lucro quedan reguladas en la Ley de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo y se definen bajo el término de entidades sin fin lucrativo. Entre ellas se encuentran las fundaciones, las asociaciones, las organizaciones no gubernamentales (ONG), las fundaciones extranjeras inscritas en el Registro de Fundaciones y las federaciones deportivas, el Comité Olímpico Español y el Comité Paralímpico Español. Para definir a las entidades sin ánimo de lucro, la ley no solo establece la necesidad de desarrollar una actividad con fines de interés general, sino que además estas entidades deben destinar el 70 por ciento de sus rentas o ingresos a su concesión o llevar la contabilidad según las normar establecidas y cumplir con el régimen fiscal aplicable (entre otros requisitos).
De acuerdo con el estudio de la fundación PwC, en España se encuentran activas en torno a 30 000 entidades.
Las organizaciones sin ánimo de lucro en México
En México, se denominan organizaciones de la sociedad civil (OSC) a aquellas organizaciones sin ánimo de lucro que cumplen con las particularidades establecidas en el artículo 5 de la Ley Federal de Fomento a las Actividades de las Organizaciones de la Sociedad Civil (LFFAROSC). Deben tener una forma legal (A.C., I.A.P., A.B.P, fundación, etc.) y, entre otros deberes, han de cumplir con las obligaciones contables y estar inscritas en el Registro General de las OSC. Con alrededor de 39 000 OSC (cifras de 2018) registradas, estas organizaciones tienen su peso en la economía mexicana, como revelan los datos de INEGI: el 3 por ciento del PIB mexicano corresponde al tercer sector.
Retos de las organizaciones sin ánimo de lucro
Las organizaciones sin ánimo de lucro se enfrentan en la actualidad a diferentes desafíos que pueden determinar su éxito y fracaso futuros. Entre ellos destaca la digitalización y adaptación a los cambios tecnológicos, dado que las OSAL han de contar con capacidad suficiente para dominar la transformación que requieren los desarrollos tecnológicos. Asimismo, es importante aplicar un marketing no lucrativo efectivo que les permita conseguir sus objetivos. La financiación es otro de los retos a los que se enfrentan estas organizaciones, que muchas veces dependen de la inversión pública. Disponer de un plan adecuado que les garantice disponer de los recursos económicos necesarios (procedentes de diferentes fuentes) para el desarrollo de su actividad es fundamental para poder cumplir con su objeto.
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